El Cosmopolita

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Los volcanes, la vida y la libertad

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Llaima

Anoche, 4 de abril de 2009, el volcán Llaima de la IX región de Chile intensificó su actividad. La Oficina General de Emergencias (Onemi) de Chile planea realizar una evacuación masiva. Ojalá la decisión no se demore más, el riesgo es muy alto.

En el video posteado en youtube se pueden ver las columnas de lava ascendiendo. Estas no son peligrosas sólo por si mismas, sino también porque al derretir la nieve de la cima pueden provocar inundaciones. El volcán ya viene anunciando el peligro desde 2008, año en el que tuvo actividad los días 1 de enero, 1 de julio y 2 de julio. En esta última fecha el nivel de actividad llevó a declarar alerta roja.

Los planes de evacuación en la zona del Llaima se suman a los del volcán Chaitén, cuya erupción se inició en mayo del mismo año. En este caso se determinó como medida de contingencia la evacuación total del poblado homónimo, situado en las cercanias.

El 21 de febrero, un abogado de la zona pidió no evacuar a todos los pobladores, argumentando que se violaba el derecho a la vida. Días despues, la justicia determinó que al menos los niños deberían ser evacuados, situación que llevó a una evacuación total.

El problema que presentan las erupciones volcánicas es que no son muy frecuentes y al no serlo, poca gente tiene memoria del poder devastador de las fuerzas de la tierra. Sin embargo, no hace falta remontarse muchos años atrás para encotrar malas experiencias en materia de vulcanología.

A continuación hago un repaso de algunas de las erupciones más importantes de la historia en orden cronológico invertido.

La tragedia de Armero

Armero, antes y después de la tragedia

Armero, antes y después de la tragedia

En 1985, el Nevado del Ruiz, volcán ubicado en Caldas, Colombia, entró en erupción, derritiendo su cumbre nevada. Una sucesión de inundaciones y aludes de lodo borró del mapa a la cercana población de Armero, dejando un saldo de unos 25.000 muertos, 20.611 damnificados y heridos, muchos de ellos mutilados y gravemente afectados psicológicamente, e incalculables pérdidas económicas. Una tragedia que se pudo haber evitado de haberse evacuado a la población a tiempo.

Krakatoa

krakatoa

Posición geográfica de la antigua isla de Krakatoa, hoy desaparecida.

En mayo del año 1883 el volcán de Krakatoa, una isla ubicada entre Java y Sumatra, entró en erupción. El proceso volcánico continuó hasta el 26 de agosto de ese mismo año, cuando una explosión cataclísmica voló la isla en pedazos.

La isla explotó con una energía de 200 megatones, o sea 10.000 veces más poderosa que la bomba Hiroshima. La explosión se oyó hasta en Madagascar y en Australia (ambos a unos 7600 km de distancia). Los maremotos subsiguientes a la explosión alcanzaron los 40 m de altura y destruyeron 163 aldeas (incluyendo el faro de una de ellas, Fourth Point, del que sólo quedó la base) a lo largo de la costa de JavaSumatra, ahogando a un total de 36.000 personas. La ceniza de la explosión alcanzó los 80 km de altitud. Tres años después, los observadores de todo el mundo describían el crepúsculo y el alba de brillante colorido, producido por la refracción de los rayos solares en esas partículas minúsculas.

Se cree que es el sonido de la erupción registrado fue el más ruidoso en la historia, alcanzando los niveles de 180 dBSPL a una distancia de 160 kilómetros. El video a continuación forma parte de una recreación emitida por Discovery Channel.

Tambora

Ubicación geográfica del volcán Tambora, en Indonesia

Ubicación geográfica del volcán Tambora, en Indonesia

El año 1816 es conocido históricamente como el año sin verano o el año de pobreza. El año anterior el volcán Tambora había entrado en erupción, la mayor de los últimos mil años. Tan grande fue la furia eruptiva que las cenizas despedidas llegaron a lugares tan remotos como Francia, donde se depositó una capa de 1 cm de espesor. El ruido de la explosión se escuchó a más de 4.800 km de distancia del volcán.

Las bajas temperaturas del verano boreal de 1816 hicieron fracasar las cosechas y esto trajo escasez de comida, sobre todo en Europa. En número estimado de víctimas por la erupción del volcán es de 92.000; el otro número, el de las víctimas indirectas por las consecuencias climaticas de los años posteriores es incalculable.

Pompeya

El vesubio en la erupción del 79. Recreación artística.

El vesubio en la erupción del 79. Recreación artística.

La erupción del Vesubio que sepultó Pompeya quizás sea la erupción volcánica mejor registrada de toda la antigüedad. En el año 79 Plinio el Viejo, al mando de una flota acudió a Pompeya con intenciones de rescatar a Rectina, esposa de Tascio, que «aterrorizada por el peligro que la amenazaba (pues su villa estaba al pie de la montaña y no tenía ninguna escapatoria, excepto por mar); le rogaba que le salvase de esa situación tan desesperada».

Plinio el Joven, su sobrino, en una carta a Tácito, nos describe la experiencia que acabaría con la muerte de su tío:

«…en numerosos puntos en las laderas del Vesubio podían verse enormes incendios y altísimas columnas de fuego, cuyo brillo y resplandor aumentaba la oscuridad de la noche. Mi tío, intentando calmar el miedo de sus acompañantes, repetía que se trataba de hogueras dejadas por los campesinos en su huida y casas abandonadas al fuego que ardían en la soledad. […] el patio desde el que se accedía a su habitación, repleto de cenizas y piedra pómez de tal manera había subido de nivel que, si hubiese permanecido más tiempo en el dormitorio, ya no habría podido salir. […]Deliberan en común si deben permanecer bajo techo o salir al exterior, pues los frecuentes y fuertes temblores de tierra hacían temblar los edificios y, como si fuesen removidos de sus cimientos, parecía que se inclinaban ya hacia un lado, ya hacia el otro. Al aire libre, por el contrario, el temor de la caída de fragmentos de piedra pómez, aunque estos fuesen ligeros y porosos, pero la comparación de los peligros les llevó a elegir esta segunda posibilidad. […] Para protegerse contra los objetos que caen, colocan sobre sus cabezas almohadas sujetas con cintas. En cualquier otro lugar era ya de día, pero allí era de noche, una noche más densa y negra que todas las noches que haya habido nunca, cuya oscuridad, sin embargo, atenuaban el fuego de numerosas antorchas y diversos tipos de lámparas. Mi tío decidió bajar hasta la playa y ver sobre el lugar si era posible una salida por mar, pero éste permanecía todavía violento y peligroso. Allí, recostándose sobre un lienzo extendido sobre el terreno, mi tío pidió repetidamente agua fría para beber. Luego, las llamas y el olor del azufre, anuncio de que el fuego se aproximaba, ponen en fuga a sus compañeros, a él en cambio le animan a seguir. Apoyándose en dos jóvenes esclavos pudo ponerse en pie, pero al punto se desplomó, porque, como yo supongo, la densa humareda le impidió respirar y le cerró la laringe…»

¿Y entonces?

Las erupciones volcánicas son cosa seria; son REALES; matan personas y provocan verdaderos desastres; pero por sobre todas las cosas son impredecibles. Si bien generalmente hay indicios de actividad volcánica previa a la aparición de explosiones, estas también se presentan muchas veces sin terminar en cataclismos, lo cual lleva a que nunca se puedan medir las consecuencias correctamente de antemano.

Es por esto que es importante recurrir a la evacuación, para salvar la mayor cantidad posible de vidas humanas en un contexto de incertidumbre. Sin embargo, siempre hay gente que se niega a abandonar el lugar voluntariamente, ya sea por negligencia, ignoracia, avaricia o tozudez, invocando el derecho de ejercer su libertad.

Ante estos casos resulta difícil tomar una decisión porque la libertad tiene un valor muy importante en el mundo actual y ante una decisión de este tipo las autoridades tienden a dudar o sumergirse en discusiones bizantinas. Por lo general, cuando la decisión al fin llega, ya es tarde.

Por dar un ejemplo, durante las semanas previas a la tragedia de Armero, geólogos y otros expertos no se cansaban de sugerir una evacuación total; pero las autoridades no terminaron jamás de decidirse a llevarla a cabo. Los resultados de este modo de actuar están resumidos más arriba.

Personalmente, si debo en elegir entre defender la vida o la libertad de otra persona, me quedo con la vida. Es cierto que se viola la libertad, pero como en todas las decisiones importantes al tomarlas elegimos y se pierden otras cosas. En este caso la alternativa es entre libertad y vida. Hay veces que por mirar lo que conservamos no vemos lo que perdemos.

Una respuesta

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  1. apesar de las cosas que agamos, munca podemos canbiar los runbos de la naturalesa. nos toca acimilar,Este dolor poco a poco.

    CARLOSMA

    marzo 18, 2010 at 3:44 pm


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